13 de octubre de 2011

Ruinas de Todos Santos

Ruinas de Todos Santos

En noviembre de 1972, se descubrió un sitio arqueológico en el área urbana de Cuenca, que por su ubicación, fue denominado como “Todos Santos”.

El lugar fue descubierto durante los trabajos de excavación para construir la casa del señor Fernando Estrella.

En el área se conservan vestigios arquitectónicos, muros, paredes, cimientos prehispánicos, molinos hispánicos y se ha hallado material arqueológico perteneciente a las culturas: Cañaris, Inca e Hispánica.

En los más de 2000 objetos  de cerámica encontrados y analizados por Jaime Idrovo Urigüen y Dominique Gomis, el 31% ha sido identificado como correspondiente a las fases Cashaloma y Tacalzhapa I y II, de hace más de mil años, y  el 42% ha sido clasificado como cerámica inca.

Ruinas de Todos Santos

De la cultura cañari se han encontrado unas pocas estructuras de bloques de piedra, paredes gruesas quemadas con hollín en su parte exterior, las piedras tienen su forma natural en su mayoría y están unidos con argamasa de tierra negra y conforman un muro rectangular.  

La estructura arquitectónica más importante ha sido identificada de origen inca, consiste en un muro levantado con bloques de piedra caliza con cinco hornacinas, almohadillados de manera similar a las de Tambo Machay en el Cuzco; esta obra fue construida en la segunda mitad del siglo XV y actualmente se halla en la parte oriental e inferior de Todos Santos.

Ruinas de Todos Santos

Uno de sus principales atractivos son los molinos que han permanecido como evidencia de la presencia hispánica; están construidos con bloques líticos sobre cimientos incaicos, miden aproximadamente dos metros de largo y pesan dos toneladas cada uno.

Los molinos han sido nombrados según sus dueños, el primero “Molino Nuñez de Bonilla“, y el segundo construido en el siglo XVII denominado “Molino Martín Merchán“, por el sacerdote que fue propietario del mismo.

Las mencionadas estructuras, conformadas por paredes de piedra, alojan a grandes ruedas motrices que eran movidas por el agua que venía transportada a través de canales, en su época pasaron a ser propiedad del monasterio de clausura de “Nuestra Señora de la Concepción”.

En la actualidad, las piezas encontradas en las excavaciones, y que que dan testimonio de estas tres culturas, se exhiben en el Museo Manuel Agustín Landívar.

Ubicación: 


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Pumapungo


Ruinas de Pumapungo

Las ruinas de Pumapungo, son el mayor conjunto de vestigios arqueológicos incas al sur de Ingapirca. Representa un reconocimiento de los valores cañaris e incas, sin embargo, Pumapungo es conocido como un centro principalmente inca.

Basándonos en los estudios del arqueólogo alemán Max Uhle, se descubrió una extensa zona de cimentaciones, muros, canales y corredores empedrados, identificados con los diferentes complejos arquitectónicos de la época.

Al sitio se le atribuye un carácter religioso, debido a las excavaciones sistemáticas y principalmente, debido a las evidencias arqueológicas rescatadas a lo largo de las diferentes campañas de investigación. De esta manera, Pumapungo estaría formado por: Akllahuasi, kallankas del sol, coricancha, mausoleo y los jardines del Inca. En el sector norte, Uhle señala el Palacio Exterior y la Residencia del cacique.

Ruinas de Pumapungo


En un tercer nivel, Pumapungo posee un túnel de más de treinta metros de largo de boca angosta que se abre paulatinamente en el interior, y según el análisis de los restos arqueológicos hallados dentro sirvió de mausoleo y simbolizaba el mundo subterráneo, hogar de las wacas y los espíritus de los antepasados. Los autores señalan que este mausoleo fue saqueado y destruido en tiempos no determinados.

Además se puede observar estructuras que conforman un gran canal de riego y un baño ritual que se destinaba a la purificación de los cuerpos.

Max Uhle considera que los Palacios Exteriores fueron para el descanso de los principales caciques y jefes cañaris, siendo este espacio el único vestigio arquitectónico de la cultura cañari en la zona.



En su punto más alto, Pumapungo funcionaba como un observatorio, desde el cual se podía contemplar a los cerros sagrados como Cojitambo, Pachamama, Ictocruz y Guaguazhumi.

La ciudad de Tomebamba fue fundada por Túpac Yupanqui tras la victoria conseguida sobre los cañaris. La ciudad  fue considerada como cuna del hijo Huayna Cápac y por consiguiente, un espacio sagrado en el que se levantaron majestuosos templos y palacios. Antes de la llegada de los españoles, en el tiempo de Atahualpa y Huáscar, la ciudad fue destruida, quienes usaron piedras de los templos y edificaciones para sus iglesias y viviendas.  
 
Akllawasi - Parque Pumapungo

 



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Llaber o Yaver


A medio kilómetro del cantón Chordeleg se halla Yaver o Llaber, considerada una unidad preurbana de gran importancia en la época cañari que data del año 800 D.C.

Antiguamente, en su colina existían una gran cantidad de elementos arquitectónicos, de 400 metros de largo norte-sur y 50 metros de ancho este-oeste, un sistema de terracería que incluye dos plataformas, superpuestas y rodeadas de grandes muros de hasta 240 metros de largo por 2 metros de ancho y 6 metros de alto, y representa una enorme serpiente, la principal divinidad entre el pueblo cañari.

Por su ubicación estratégica, hallazgos y geografía, los arqueólogos asocian Llaber con un sitio de culto antes que con un núcleo de viviendas, pero no descartan la existencia de tumbas y casas santuarios para los sacerdotes encargados del culto; se basan para esto en un mapa-maqueta, que muestra las dos plataformas como torreones, que fueron, el uno el complejo arqueológico, y el otro, el sitio en donde hoy se levanta el cantón Chordeleg, lugar de las tumbas sagradas.

Jaime Idrovo considera que Yaver pudo haber sido la capital del señorío de Paute y Gualaceo. González Suárez, por su parte, lo relaciona con el sitio de arribo de los hermanos cañaris que se salvaron del diluvio, a esto añade: “la semejanza de su construcción, el orden y simetría de su colocación, según un plan determinado; son manifestaciones de que Chordeleg fue un lugar sagrado para los Cañaris”.

Llaber o Yaver fue entonces un lugar sagrado y un adoratorio cañari, que posteriormente se convirtió en un pucara inca.

Al presente, el sitio arqueológico de Llaber está abandonado. De las construcciones originales solo se conservan pocos metros en ruinas de los muros de piedra, la maleza ha cubierto gran parte de los vestigios, escondiendo lo poco que existe. En otros casos, las piedras originales se han quitado de los muros para construir viviendas modernas en los alrededores.

En Llaber no hay señalización adecuada o ningún tipo de organismo que se encargue del cuidado, conservación o restauración de los pocos restos que permanecen en pie.

Este patrimonio histórico, alguna vez poblado por el pueblo cañari, actualmente es un sitio arqueológico en peligro de extinción.

Shabalula

Shabalula
Ruinas de Shabalula

Localizado a cinco kilómetros del Sígsig, Shabalula o Chabalula, cuyo nombre significa “lugar de refugio o casa del reluciente”, es un sitio arqueológico de ocupación cañari.

Shabalula es una construcción circular, con un corredor semielíptico orientado al suroeste. Junto a ésta existen dos construcciones líticas asociadas al camino del Inca, que en la época  aborigen comunicaban a la antigua ciudad de Tomebamba con el Sígsig y la Amazonía, a través de  los páramos del Matanga.

En el sitio se han hallado cimientos de una construcción en herradura y dos en forma de u, encerrando un patio interior.  Sus dimensiones son  de 4,50 metros de diámetro y 3,50 metros de alto, con un corredor semi-elíptico orientado al suroeste de 2 metros y 2,50 metros de ancho.

Según cálculos, en el sitio debieron existir unas 60 viviendas de ambientes reducidos de dos a cuatro metros de lado, hechas con piedras pequeñas y medianas, unidas con argamasa, un mortero de barro y paja.

Se sabe que Shabalula fue ocupado por los cañaris, debido a los hallazgos de cerámica Narrío y Tacalzhapa encontrados en las excavaciones arqueológicas; sin embargo, este complejo estuvo habitado también en Época Aborigen por Cazadores Recolectores  del 8.060 A.C. al 5.585 A.C.; los cañaris ocuparon el sitio desde el 500 a 1.460 D.C. y posteriormente el lugar fue reutilizado por los incas como zona de vigilancia del año 1460 al año 1532.

6 de octubre de 2011

Ingapirca de Chobshi

Ingapirca de Chobshi

Chobshi es un sitio arqueológico ubicado a un kilómetro de Shabalula, cerca del cantón Sígsig, está integrado por la Cueva Negra y el Castillo de Cacique Duma.

Max Uhle, arqueólogo alemán, lo considera como estructura cañari, porque fueron construidos con orientaciones que no buscaban los incas y sin la simetría característica de esta cultura, sin embargo, se considera como un espacio reconstruido por los mismos cañaris en el período inca para alojamientos temporales.

En Chobshi se han encontrado restos cañaris de cerámica de los estilos Narrío y Cashaloma, que relacionan al lugar como sitio de ocupación cañari, también se conservan muros de construcción rectangular de unos 100 metros de largo por 23 metros de ancho, y está dividida en dos partes, enlucidas en su interior y con un ambiente de menor tamaño junto al mismo.

Castillo de Chobshi
El elemento más distintivo de Chobshi es el castillo, ubicado a 250 metros de la Cueva Negra, y conformado por una estructura rectangular de 110 metros de largo, por 22 metros de ancho y 2,90 metros de alto, con división en su interior. Adosada a esta estructura se encuentra una pequeña construcción que mide 1,80 metros de largo, por 0,70 metros de ancho.

Ingapirca de Chobshi

Existen restos de construcciones y cerámica cañari dentro de la fase que más domino el lugar, la llamada Tacalshapa, así como las paredes trabajadas por los cañaris y posteriormente por los incas que se lo conoce como el Ingapirca de Chobshi.

A Chobshi se lo vincula con Shabalula, según Francisco Valdez, quien investigó el sitio en 1984, las estructuras de Chobshi cumplieron las funciones de Callanca y las de Shabalula de templo.

La cueva negra de Chobshi
La cueva está ubicada en la vertiente norte del cerro del mismo nombre y también se la conoce como Cueva de Puente Seco, por la quebrada que lleva el mismo nombre.

La cueva ventilada, caliente, carente de humedad, y con claridad suficiente, está orientada de este a oeste, con un diámetro de 22 metros siguiendo la línea de gotera; 13,70 de largo de pared de fondo; 12 metros de alto y 10,30 metros de profundidad, lo que permite que una persona de talla normal se halle de pie dentro de ella; da cabida a 20 personas reposando y más de 50 cómodamente.

Cueva de Chobshi

En el piso de la cueva y alrededor se han encontrado elementos líticos como puntas de proyectil, buriles, raspadores y restos óseos de animales que sirvieron para su sustento, huesos utilizados puntas, leznas, pespuntadores, cuchillos y otros. 

La leyenda relata que durante la invasión de los ejércitos incas en territorio cañari, Cacique Duma mandó a enterrar sus tesoros a 40 metros de profundidad en la Cueva Negra de Chobshi y que incluso él pasó a habitarla. Esto ha provocado que el fondo de la cueva haya sido excavado constantemente por huaqueros y aventureros. 

La riqueza arqueológica de la cueva, ubican a Chobshi como uno de los sitos arqueológicos más importantes en Ecuador y América, y uno de los primeros de la Cultura Cañari.